¿Porqué no funcionó mi relación?


¿Porqué no funcionó mi relación?

¿Porqué no funcionó mi relación?

El amor y el desamor son sin duda los temas que más preguntas nos generan a lo largo de nuestra vida. Por un lado el amor es algo que nos une a todos, lo buscamos constantemente, aspiramos a tenerlo y anhelamos estar rodearnos de él.

Por otro lado, el desamor lo hemos sufrido en distintas ocasiones y tras varios fracasos en las relaciones de pareja llega un momento de la vida en la que empiezas a hacerte miles de preguntas sobre el porqué siempre te pasa lo mismo en el amor, porqué siempre te sale mal, ¿Porqué no puedes encontrar a la persona con la que consigas compartir tu vida? Que sea tu apoyo en los momentos de caos, etc.

No me dejarán mentir que cuando empezamos una relación todo es maravilloso y creemos ciegamente que hemos encontrado el amor ideal, es en esta etapa donde no somos sinceros con nosotros mismos ya que empezamos a idealizar a la otra persona construyendo en ella lo que queríamos que fuera y al final no es, y es ahí donde radica el mayor problema. Comenzamos a vivir una relación idealizada y fantasiosa pero nada real, como decimos coloquialmente “color de rosa”, en la que los dos se llevan estupendamente bien y por lo regular no existe ningún tipo de problema o mal entendido. Pero la realidad es que nos enamoramos de una persona que no existe, que tú mismo te estás inventando.

Con el paso del tiempo nos damos cuenta que no podemos vivir eternamente con esa máscara puesta en la que queremos mostrar lo mejor de nosotros mismos, e incluso mostrar una persona que realmente no somos y es en ese punto cuando va disminuyendo toda la fantasía que teníamos proyectada hacia nuestra pareja y verla como la persona perfecta, para empezar a conocer a la persona real con la que hemos compartido esta luna de miel.

Pasamos la etapa del enamoramiento y comenzamos a experimentar un amor racional, porque ya conocemos un poco más a la persona y la relación comienza a volverse más profunda y es normal hasta cierto punto que comiencen a surgir los primeros conflictos. Empezamos a aceptar aquello que nos disgusta de la otra persona, negociando aquello que queremos modificar, presentándonos oficialmente a una nueva persona que desconocemos porque ahora la vemos sin la venda en los ojos, y en ese instante se convertirá en nuestra prueba de fuego porque podremos decidir si seguimos adelante o bien renunciamos a la relación.

El concepto del amor y la forma en la que nos enamoramos van cambiando conforme a la edad y con las experiencias que vivimos, se modifica dependiendo de la etapa de vida en la que estás, aprendes a amar de diferente manera mientras vas creciendo y te das cuenta que la idea del amor con la que creciste es totalmente errónea.

Muchas veces nos involucramos en una relación e inconscientemente arrastramos con las viejas heridas, los vicios de siempre, culpamos al otro pero creo que tendríamos que detenernos a pensar en cómo somos nosotros y no hablar y criticar al otro, cuestionarnos desde que lugares estamos amando, porque en ocasiones lo hacemos desde el miedo, desde nuestras carencias y heridas de la infancia. Si observamos que la historia se repite, tenemos un problema no resuelto y del que no éramos conscientes hasta que nos analizamos desde un punto de vista objetivo.

Sin duda las experiencias en torno al amor y el desamor son temas muy complejos, cuesta trabajo comprender que el amor no es perfecto, que cambia constantemente, se acompaña de respeto mutuo, tiene límites, se siente bonito y no es para sufrir, puede o no ser para siempre, se trabaja día a día, es libre e implica procurarte a ti y a la otra persona.

Cada relación de pareja es única, lo que en una relación funciona no siempre funciona en otra. La propia pareja es la única que puede decidir si la relación va bien o no, pero en muchas ocasiones nos cegamos y no queremos ver lo mal que está, justificamos nuestros actos incluso en las situaciones más desfavorables y eso provoca que seamos capaces de soportar relaciones personales insatisfactorias por el miedo al cambio, a la soledad, o por perder la estabilidad emocional y/o económica.

Pero, ¿Por qué no rompemos una relación cuando ya no funciona? Por costumbre, por miedo a perder, por el entorno social (el famoso “qué dirán”), podremos aguantar por un tiempo la situación hostil pero te aseguro que no para siempre, lo más sano siempre será decir adiós.

Las relaciones fallidas tienen un punto positivo pues nos enseñan a estar mas seguros de lo que queremos en nuestra próxima relación, las cosas que no estamos dispuestos a permitir. Muchas veces pensamos que nuestras relaciones pasadas han sido un fracaso y una pérdida de tiempo con las personas equivocadas, sin darnos cuenta que detrás de este mal momento hay mucho aprendizaje. La pregunta no debería ser ¿Por qué terminó? Si no ¿Qué lecciones se supone que debo aprender de esto?

Cualquier ruptura implica un sentimiento de pérdida e innegablemente causa dolor, pero es necesario aprender a cerrar ciclos y aceptar que cada relación tiene su tiempo, reconocer cuando tenemos una relación destructiva, hay momentos en los que la realidad dicta que pongamos fin a algo. Dejar ir, perdonar si es necesario y seguir adelante es lo más importante para continuar una vida sana.

Sin duda, deberíamos de aprender a romper con una relación cuando ésta ya no funciona, forzar algo que no da para más, es solo un acto de cobardía al no querer afrontar la realidad.

Recuerda que eres un ser completo, deja de creer en el famoso cliché de encontrar a tu “media naranja”, si te la pasas buscando el amor afuera y no te ocupas en el amor que deberías estar dándote a ti mismo nunca lograrás ser independiente y feliz, siempre necesitarás que otros te amen para amarte a ti mismo.

El amor no son mariposas en el estómago, no son los cuentos de Disney, no es Romeo y Julieta, es poder ser tú mismo sin tener que disimular, es ese abrazo que te hace sentir segura, esa mirada que no necesita rellenarse con palabras, ese mensaje contando lo desastroso que ha sido tu día, el amor no es morirte por nadie ni que se mueran por ti, es saber sin ningún tipo de duda que en cualquier momento a cualquier hora en cualquier circunstancia puedes contar con esa persona.

El amor es libre, nunca ruegues por amor, no deberías pedirle a alguien que este contigo si no quiere, no ruegues atención, afecto, tiempo, esfuerzo y/o compromiso, no le pidas a alguien que regrese o se quede.

Repítetelo y créelo, mereces un buen amor, uno que no te oculte, que no te mienta, que no te haga sentir que eres difícil de amar. Uno que te quiera todo el tiempo, que te extrañe cuando te vas y sonría cuando regresas.

El amor no es egoísta, es aceptarte y amarte mucho para poder dar amor, es la base de todo pero hay que regarlo y cuidarlo todos los días, y recordar que lo más importante es que no podemos dar ni recibir el amor que merecemos, si no nos amamos y nos aceptamos a nosotros mismos.

Amar a otra persona es una decisión, en el amor hay que ser río y no tormenta, no entren a una relación para destruir a otra persona, sino todo lo contrario para construir. Ayuden a la gente a ser la mejor versión de sí mismos, amar bonito, aunque a veces es difícil si no tienes dentro de ti este amor y si ahorita no te sientes listo, calma, no inicies una relación solo por estar en compañía de alguien, es válido sanar, dejar que el tiempo pase y aprender a relacionarte desde otro lugar.

También te podría gustar...

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *